Reseña: Una cena monstruosa, Meritxell Martí

Una cena monstruosa, Meritxell Martí
Ilustrador: Xavier Salomó
Traductor: Diego de los Santos
Editorial: Flamboyant
40 páginas

Elige a los nueve personajes más horripilantes que se te ocurran, añade a un gran chef de fama mundial, mételos a todos en un restaurante con tres estrellas negras… ¡y tendrás un banquete como ningún otro! Levanta las tapas para descubrir croquetas de abuela, caracoles cocidos en su baba o dulce de helado con merengue encantado.

¡Hay para todos los gustos!

Y a los invitados aún les espera una gran sorpresa, porque el peor comensal aún no ha llegado…

Es el primer libro que salió de esta serie de tres tan divertida y que tantísimo gusta a mi hijo. No sé qué tienen estos monstruitos que lo tienen encantadísimo. Bueno, miento, sí que lo sé, y es que los personajes son de lo más divertidos y llamativos, ¿a qué peque no van a gustarle una bruja, un fantasma, un lobo...? Si son los personajes de sus cuentos, los villanos, los malos. A los que crean que pueden dar miedo, ¡nada más lejos de la realidad!, esa es su intención, pero son terroríficamente adorables, y si no que se lo digan al niño de la historia, que siempre hace su aparición sorpresa y que, sin duda, da un giro muy guay a la trama del cuento. Ese niño que se encuentra con los personajes malvados de sus cuentos, pero que no los teme.

Ya publiqué la reseña de Una casa monstruosa, que es el tercer libro de la serie, pero el primero que llegó a casa (el orden de lectura da lo mismo, ni siquiera coinciden siempre los personajes y son tramas distintas, aunque las historias sigan el mismo patrón). A mi hijo le gustó tanto ese cuento que hemos ido comprando los siguientes y ya tenemos los tres en casa. El guion es similar: se plantea una situación, se va presentando a cada personaje con sus características y, en este caso, su cena que podemos descubrir tras abrir una solapa, y aparece un misterio en la trama con su giro final. En el libro anterior teníamos casas, cada una acorde a la criatura que iba a vivir en ella. En este tenemos platos de comidas y de verdad, a cada cual más desagradable e inverosímil. Me encanta porque todos están adaptados a su personaje, por lo que hay muchas referencias a otras historias (por ejemplo, al lobo le ponen croquetas de la abuela, manitas de cerdo...).

Como dije en la anterior reseña, es un libro estupendo para niños, pero también para mayores por la cantidad de guiños que nos encontramos en él. ¿Y las ilustraciones? Maravillosas, divertidas, simpáticas, coloridas, tenebrosas. Sí, comprendo muy bien porque mi hijo está enamorado de esta serie.