Narradora: Neus Sendra
Editorial: Planeta
512 páginas
Dos jóvenes unidas por el mismo destino, que emigran por amor y lealtad a la familia. Una isla exótica que oculta bajo su luz antiguos odios y venganzas.
Norte de España, 1895: dos mujeres abandonan la apacible villa de Colombres para viajar a la lejana isla de Cuba. Sus motivos no pueden ser más distintos. Mar, la hija del medico del pueblo, emprende la travesía siguiendo a su padre, encargado de dirigir un consultorio en una plantación de azúcar llamada Dos Hermanos. Paulina, viuda demasiado joven y de origen humilde, se ve obligada a embarcar para contraer matrimonio con el prestigioso maestro de azúcar de la hacienda, un hombre a quien no conoce. La primera sueña con ser medico; la segunda se pregunta si será feliz con su inminente esposo. Dos jóvenes unidas por el mismo destino, que emigran por amor y lealtad a la familia. Una isla exótica que oculta bajo su luz antiguos odios y venganzas. Todo ello a las puertas de la Guerra Necesaria, que dará a Cuba su independencia.
Me fijé en esta novela porque la vi en una librería y esa cubierta tan colorida y preciosa me llamó la atención. Busqué entonces información y decidí darle una oportunidad al audiolibro, pues la narradora, Neus Sendra, es increíble y ya son varias novelas las que he escuchado por ser ella quien las cuenta. El maestro de azúcar, qué título más convincente, además. Y qué interesante historia guarda entre sus páginas este libro.
Tal vez sea la historia de amor que se insinúa en la sinopsis lo que pueda atraer, aunque no cobra ningún protagonismo en la novela, pues esta trata más bien de unos españoles que emigran a Cuba para trabajar en un consultorio médico de una plantación de azúcar. También viajan dos españolas con el fin de casarse con unos hombres que allí trabajan, uno de ellos, el maestro de azúcar que da nombre al libro. Esta es una historia de personajes, donde son estos los que brillan y resplandecen. Mar es la protagonista absoluta, la hija del doctor, su ayudante, pues su sueño es ser médico, aunque no se le permita estudiar para ello. Ella rechaza casarse con el maestro, un hombre al que no conoce y por el que, en un principio, no está dispuesta a marcharse de su hogar (el destino quiere que tenga que hacerlo de todos modos: irse a Cuba). Es pues Paulina quien se casará con Víctor y quien viajará con el doctor y su familia para el enlace. Estas dos mujeres, que enseguida congenian muy bien a pesar de sus diferencias, tendrán que rehacer su vida en un lugar muy hostil donde las riendas las lleva una mujer cruel y déspota, Frisia. Qué gran personaje, Frisia, a pesar de su maldad y del odio tan profundo que he sentido por ella. Y qué grande la narradora, que le ofrece el tono de voz exacto que deja traslucir su seguridad en sí misma, su crueldad, su autoritarismo. Al igual que a Paulina la narra con un tono apocado, triste, inseguro. Y a Mar con un tono amable y sincero, humilde, bondadoso. De nuevo, me encanta leer libros narrados por Neus Sendra.
El maestro de azúcar no solo nos cuenta la aventura de estos personajes, sino un poquito de la historia, pues la trama se centra en una Cuba dominada por los españoles, pero a las puertas de su independencia. Me ha gustado mucho saber un poquito más de este pedacito de historia, volver a leer un libro cuya trama transcurre en Cuba, encontrarme con un lugar que apenas conozco y cuya historia me parece de lo más interesante. Este libro me ha gustado mucho y me alegro de habérmelo encontrado en aquel escaparate, pues ha sido un total acierto. Además, la lectura ha sido intensa, profunda, me ha llegado al corazón. Hay pasajes que me han hecho llorar y otros que me han dado paz. Es una novela dura, pero con unos personajes, en su mayoría, amables. Me ha encantado.