¡Buenas! ¿Qué tal? Voy a dedicar esta entrada a hablaros de cine. Últimamente he visto unas cuantas películas y he acumulado material para esta entrada. Además, en casa hemos revisionado una trilogía que era mi pasión hace más de veinte años (me quedo alucinada con solo leer eso de veinte años). Empiezo por ahí y seguimos.
La comunidad del anillo, Las dos torres y El retorno del rey, las tres películas de El señor de los anillos. Hemos tardado un par de semanas en ver las tres, han sido unas nueve horas y media de hobbits, elfos, magos, etc. Ya las había visto, por supuesto, en el cine y en casa, y además tengo los DVD con las versiones extendidas, aunque esta vez hemos elegido las que están en Netflix. Me hubiera gustado ver las versiones extendidas, pero no tenemos reproductor de DVD. La idea surgió después de ver un día un disfraz y explicarle a mi hijo lo que es un orco. Le dije a mi pareja: «Oye, ¿por qué no las vemos?», y a él también le apeteció, así que nos embarcamos en esa locura (nosotros solos, sin el niño, claro). No sabía si después de tantos años seguirían gustándome tanto, pues la serie la tuvimos que dejar porque nos aburría y El Hobbit, en su día, tampoco me gustó mucho. No sé si será el factor nostalgia o que realmente son unos peliculones, pero lo cierto es que nos engancharon muchísimo y nos encantaron, a los dos. Y eso que él no es ni fue un friki como yo de la historia, y que a mí la fantasía ya no me gusta tanto. Pues nos encantaron. Wolfgang me atraía mucho cuando salió y por fin pude verla hace poco. Es una película bonita, aunque lo cierto es que me esperaba más. No me gustó tanto como esperaba. Eso sí, el niño lo hace genial. La que sí me enamoró fue El maestro que prometió el mar. La vi recomendada y después la he recomendado. Una historia real de las que te apuñalan el corazón. Bonita, pero muy triste. Luego hemos visto dos al azar buscando opciones cómicas para desconectar y pasar el rato: Un lío de millones, que es una absoluta pérdida de tiempo: exageradísima (no hay quien se crea nada) y pesada. Y, por otra parte, Luna de miel con mamá, que a pesar de ser una historia un poco boba, te saca algunas risas y no está nada mal. Por último, he visto con mi peque Elemental y me ha gustado mucho. Los dos personajes son maravillosos, pero me enamoré especialmente de Nilo, con quien, además, me reí un montón. Y no faltaron las lagrimillas con el final. Es muy bonita, toda una sorpresa.

Traductora literaria. Devoradora de libros. Con la cabeza en las nubes.






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