Narradora: Neus Sendra
Editorial: Planeta
352 páginas
A veces las casualidades se hacen cómplices de los deseos. Costanza y Mauro llevaban media vida esperándose hasta que un encuentro imprevisto en la Gran Vía de Madrid volvió a unir sus destinos.
Costanza, recién separada de su marido, abogada en un prestigioso despacho, tenía entre manos la defensa de un importante banquero, una circunstancia que le absorbía todas las horas del día. Mauro, el padre Mauro, acababa de volver de Roma para acometer un trabajo encargado por el arzobispado de Madrid.
Pese a sus circunstancias y con todos los vientos en contra, resucita la historia de amor que Costanza y Mauro vivieron veinte años atrás. Ahora deberán decidir entre dejarse llevar por sus sentimientos o resignarse ante sus contradicciones.
Decidí leer esta novela de Sonsoles Ónega porque Las hijas de la criada me enamoró. También porque la cuenta, en audiolibro, mi narradora de libros preferidas, Neus Sendra. Y porque me apetecía una historia de amor. No voy a negar que el libro me ha tenido enganchada y que he disfrutado de la lectura, pero lo cierto es que el premio Planeta dejó el listón muy alto y esta novela no me ha encantado.
Tengo una sensación extraña con la historia y es que no sé exactamente cuál es el objetivo de la trama, en qué se quiere centrar la autora. Me ha parecido que hay muchos hilos sueltos que van siguiendo su rumbo y sí, el final es el que cabe esperar, pero tal vez me haya faltado desarrollo para ese final. La historia se centra en dos personajes, de los que nos cuenta muchas cosas, desde su juventud hasta la actualidad. Son dos personas que han compartido mucho, pero sus caminos se vieron separados y han vuelto a encontrarse años después. Ambos han sufrido mucho, y siguen sufriendo; si tuviera que usar solo una palabra para describir esta novela, esa es SUFRIMIENTO. No me cabe en la cabeza cómo pueden ser tan desdichados Mauro y Constanza, cómo es posible que les sucedan tantas desgracias y tomen decisiones tan tristes. Siempre fui una amante del drama en las novelas, pero en esta me ha sobrado por todas partes.
Dicho esto, no puedo decir que no haya seguido la trama con interés. La narradora tiene magia a la hora de contar historias y lo cierto es que me ha cautivado con su voz y su entonación. Y los personajes tienen también su gancho. Es la historia en sí lo que no me ha convencido del todo porque no veo que llegara a ninguna parte y porque la he entendido como una sucesión de desgracias. Pero no suspendería esta novela, simplemente no le daría una buena nota.

Traductora literaria. Devoradora de libros. Con la cabeza en las nubes.






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